Amanecer, tomar el desayuno del hotel y salir a pasear por Barcelona temprano. Madrugar en esta ciudad mediterránea merece mucho la pena puesto que el sol sale muy pronto a partir de primavera y la vida de la urbe se deja notar desde primera hora. Podrá entrar más cómodamente en las tiendas, museos y centros de arte que le ofrece Barcelona y, después, ¡premio! Un brunch completo, de esos para recordar toda la vida y a los que no se cansará de hacerle fotos. Repartidos por el centro de Barcelona hay decenas de sitios donde ofrecen este tipo de almuerzo.